El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es la panacea de nuestro tiempo. Desde esguinces en las articulaciones hasta dolores de muelas e incluso dolores de parto, todo se puede utilizar. Se encuentra entre los tres métodos de alivio del dolor recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el cáncer. Se lo damos de comer a niños febriles; Ya de adultas, también tomamos unos cuantos comprimidos para aliviar los dolores de cabeza o los dolores menstruales; A medida que nos acercamos a la mediana edad y la vejez, los médicos pueden recetar algunos medicamentos para aliviar el tormento de la artritis o el dolor de espalda. Sólo en Estados Unidos se venden anualmente 27 mil millones de dosis de paracetamol y más de 600 medicamentos contienen este ingrediente.
Debido a que el paracetamol es omnipresente, puede pensar que es seguro y eficaz, al menos en la dosis recomendada. Por tanto, dependemos más del paracetamol que de la aspirina y el ibuprofeno, que pueden estimular la mucosa gástrica y provocar sangrado gástrico. Sin embargo, la columna vertebral de este botiquín no es tan suave y confiable como imagina.
El paracetamol se descubrió a finales del siglo XIX, pero debido a sus extraños efectos secundarios, parece hacer que el cuerpo de algunas personas se vuelva azul (es decir, cianosis), lo que lleva a su abandono casi inmediato tras su descubrimiento. Este efecto secundario puede ser causado por la contaminación de otro medicamento, pero el paracetamol permaneció en el banquillo durante muchos años hasta que nuevas pruebas en la década de 1940 confirmaron su buen efecto reductor de la fiebre. Posteriormente, las investigaciones también descubrieron que es un analgésico bastante eficaz. El paracetamol realmente comenzó a brillar en la década de 1960, cuando la gente comenzó a preocuparse por los efectos secundarios del uso prolongado de aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Sólo entre los pacientes con artritis, actualmente hay aproximadamente 16.500 muertes al año en los Estados Unidos, relacionadas con los medicamentos antiinflamatorios no esteroides.
Creemos que el paracetamol es relativamente seguro. Por supuesto, si comes demasiado, definitivamente causarás daños graves al hígado, pero si solo recomiendas la dosis, no hay problema. ¿No es así?
Esta visión enfrenta desafíos. Las investigaciones han demostrado que el uso prolongado de paracetamol puede causar daños graves al estómago, similares a los de los fármacos antiinflamatorios no esteroides. Si realmente puede aliviar el dolor, el costo parece valer la pena. Sin embargo, para la mayoría de las personas que toman medicamentos, el efecto del paracetamol es casi indistinguible del del placebo.