Uno de los principales beneficios de la betaína para el tracto gastrointestinal es optimizar la salud del revestimiento intestinal. Específicamente, la betaína ayuda a proteger y apoyar la función de barrera de las células del revestimiento intestinal, combatiendo los síntomas de la fuga intestinal. La betaína optimiza la barrera intestinal aumentando la producción de algunas proteínas. Estas proteínas ayudan a mantener conexiones estrechas entre las células.
Cómo complementar el clorhidrato de betaína
En la mayoría de los casos, los productos con clorhidrato de betaína contienen pepsina (una enzima proteica digestiva o proteasa). La pepsina se extrae de la mucosa gástrica del cerdo o se suministra en forma de proteasa pura con actividad pepsina. La dosis inicial de estos productos combinados o clorhidrato de betaína es una cápsula por comida que proporciona 500 miligramos de clorhidrato de betaína.
Algunos médicos utilizarán un enfoque gradual para desarrollar dosis adecuadas para cada individuo. En pocas palabras, significa aumentar la cantidad de cápsulas que se toman en cada comida hasta que el estómago se sienta caliente o incómodo. Una vez que ocurra esta situación, se volverá a la dosis utilizada anteriormente. Esta se convierte en la dosis de mantenimiento para la ingesta dietética. Para comidas más ricas puede ser necesario tomar una cápsula adicional. Si la porción de comida es pequeña, reduzca la cantidad ingerida.
Si la porción de comida es pequeña, se debe reducir el número de cápsulas que se toman.
Si se toman varias cápsulas, se recomienda tomarlas por etapas durante las comidas.
Cuando el estómago comience a repararse y a producir el ácido clorhídrico necesario para la digestión adecuada de los alimentos, volverá a experimentar la sensación cálida del estómago. En este punto, se debe reducir el nivel de dosis.